El desarrollo de la electricidad en los transportes ferroviarios fue uno de los avences más importantes de finales del siglo XIX, entre cuyas consecuencias fue la progresiva desaparición de los tranvías de sangre, arrastrado por caballos o mulas, sustituidos por vehículos movidos por vapor o por motores eléctricos. Uno de los primeros en ser proyectados y construidos con un tendido completamente eléctrico fue el que surcó durante más de seis décadas la ciudad austrialiana de Hobart, capital de la isla de Tasmania.
Fuente: Colnect |