La década de 1990 supuso la desaparición del transporte de la correspondencia por ferrocarril en numrosos países. España tuvo sus últimos servicios de este tipo en 1993, mientras que Suecia hizo lo propio tres años después, en 1996. Este hecho fue remarcado por el correo sueco mediante un sello postal conmemorativo, en homenaje a los entrañables ambulantes que,durante siglo y medio, supusieron un puntal básico de las comunicaciones.
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Colección de Mario Sánchez |