El
28 de octubre de 1848 se cumplió el sueño de Miquel Biada, un empresario
mataroní que, años antes, tras la inauguración del ferrocarril La Habana –
Bejucal, en la isla de Cuba, afirmó “apuesto diez mil pesos que antes de transcurridos cuatro años de mi
llegada a España, iremos desde Barcelona a Mataró en el ferro-carril que
mandaremos construir”. Biada logró su objetivo, pero, desgraciadamente, no logró ver de su empresa. Una neumonia había acabado con su vida el 2 de abril.
Se compraron cuatro locomotoras del tipo Crewe con rodal del
tipo 1-1-1, fabricadas por Jones &
Potts en Inglaterra. Una
de ellas, la nº 1, bautizada con el nombre de “Mataró”, tuvo una segunda vida después de su retirada del
servicio, hacia 1876. Tras ser apartada de las vías férreas, la locomotora fue utilizada para dar energía a una dinamo destinada a iluminar la estación de Barcelona.
Sobre conmemorativo del centenario del ferrocarril Barcelona – Mataró,
con Miquel Biada como motivo principal. (Col. Mario Sánchez).
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En estas funciones la conoció Alfonso XII, durante una visita a Barcelona. Tras esto, la Mataró es expuesta sobre un pedestal en una
exposición de productos catalanes, organizada por la Universidad de Barcelona.
Durante su bajada, una vez clausurada la muestra, la locomotora sufrió una
caída que la dejó muy maltrecha. Apartada en los talleres de El Clot, propiedad
de la Compañía de Barcelona a Tarragona y Francia (T.B.F.), es desguazada años
más tarde, después de la fusión de esta última con la poderosa M.Z.A.
Sobre conmemorativo de la
exposición filatélica conmemorativa del centenario del ferrocarril, con la
“Mataró” ilustrando el matasellos del evento. (Col. Mario Sánchez).
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En 1948, durante la celebración del centenario de la línea, RENFE
ordena la construcción de una réplica de aquel tren pionero, tarea que llevó a cabo La Maquinista Terrestre y Marítima, ubicada en Barcelona. En la
actualidad, el llamado “Tren del Centenario” se conserva en el Museo del
ferrocarril de Vilanova i la Geltrú (Barcelona). debido a las carencias y a las dificultades económicas de la época, la réplica tiene algunas diferencias respecto a la original, como el diámetro de la rueda motriz, algo más grande en la histórica "Mataró".
La réplica de la Mataró, en la rotonda del Museo del Ferrocarril de Vilanova i la Geltrú. (Fotografía de Bonaventura Leris, extraída de Wikimedia Commons. Licencia CC BY 2.0). |
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