La red de vía estrecha es una de las más importantes de la historia del ferrocarril, pudiendo llegar hasta lugares a los que, ya sea por su orografía o por su situación, las vías de ancho ibérico o internacional no podían acceder. Y muchas son las que, por desgracia, han cesado sus circulaciones dejando en el olvido su material móvil, muchas veces de factura muy curiosa. Es el caso de las pequeñas MD-40, recordada por el correo de Hungría en el año 2004.
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Fuente: Colnect |